Recién terminé de ver la serie de Hazbin Hotel y me pareció una cosa sumamente potente e interesante de analizar debido a las tantas complicaciones que padecen sus protagonistas. Se nota que hay problemas humanos entre ellos, siendo que en la historia sólo conocemos a demonios.
Hazbin Hotel surge en YouTube en octubre de 2019, cuando Vivienne Medrano lanzó el episodio piloto en su canal. Con más de 100M de visitas, se evidencia que capturó la atención por un estilo tan único y grosero. En menos de un año, se anunció que A24 había adquirido los derechos de la serie para su distribución para que apareciera en enero del 2024 en la plataforma de Amazon Prime Video.
Vivienne Medrano —o VivziePop— tuvo su origen en YouTube y creó un par de series animadas más: Helluva Boss y Zoophobia. Es animadora egresada de la School of Visual Arts en New York. Ella es originaria de Maryland, EE.UU., pero de ascendencia salvadoreña, lo cual se le nota en muchos momentos. En cuanto a su trabajo, pues, hay mucho que decir: vibrante, irreverente, oscura, ofensiva y otras tantas cosas que pueden llamar la atención de muchos.
No podemos negar que, uno de los elementos más interesantes respecto a esta serie es el arte que ellos deciden utilizar. Quizá la más normal —por más irónico que parezca— es Charlie Morningstar, la misma hija de Lucifer, porque, de ahí en delante, todos los demás son esperpentos extraños. Husk parecería ser un gato con alas y diseños de corazón: estos no aluden al amor sino a las apuestas; en el piloto, eran más evidentes pues en vez de círculos rojos y blancos tenía los cuatro palos de la baraja. Vaagie tiene una piel púrpura grisácea y una gran X en su ojo, incluso por encima de su fleco. Siguiendo con los ojos, no es extraño que haya personajes con heterocromía como Vox, el demonio de la televisión o Angel Dust; Sir Pentious tiene un tercer ojo en su sombrero. Esto se vuelve grotesco y atípico; pero que funciona en su misma estética.
Esta estética bizarra —del francés “abigarrado”— se debe a que todos los demonios que aparecen ahí con excepción de la familia Morningstar fueron originalmente humanos. A causa de sus pecados, acabaron en el infierno, de aquí que sus almas sean grotescas a la vista en un espacio como el Infierno donde ya no existen apariencias.
Pues, ¿de qué va Hazbin Hotel? En un espacio tan cuestionable como el Infierno, a la princesa Charlie se le ocurre buscar la redención de las almas para darles paso al Cielo. Esto, a causa de que cada año, legiones de ángeles exorcistas bajan al Infierno a asesinar almas demoniacas. El Happy Hotel —como pensaba llamarle en un inicio— sería el lugar propicio para buscar llevar a esos pecadores al Paraíso: pero las almas no quieren cambiar, y ahí estará el meollo del asunto.
Adán, quién lidera estos exterminios, es un ángel sumamente grotesco —en toda la extensión de su palabra—: refiriéndose a sí mismo como el primer hombre y por lo mismo “una verga” —en su acepción positiva y negativa—. Su rostro inspira más desconfianza que Lucifer o Alastor, y la voz chillona que le dan es incluso despreciable. Entre todas las canciones de este musical disfrazado de caricatura, Adán interpreta metal, ¿así de disonante es? Si a esto le agregamos que es el único ángel que vemos comer —los demonios cometen canibalismo y consumen drogas y alcohol— pero él disfruta desmedidamente de su platillo favorito: claro… costillas.
Hay muchos intertextos perdidos en la serie. Desde los nombres como “Sera” para una seraphim, Vox para el demonio de la televisión, Valentino que representa la lujuria como el día de San Valentín, Angel Dust quien prueba cualquier tipo de droga, o el mismo Sir Pentious quien es una serpiente. En algo más sutil: Adán evidencia el mito bíblico con sus costillas y un hacha para cortar árboles; del mismo modo que Lucifer Morningstar tiene en su diseño una serpiente y una la manzana. Las fichas de juego de Husk y los corazones de Angel Dust son distintos: estos últimos representan al amor, pero en una falsa idea de amor toxico, como el que siente por Valentino.
La traducción también es un tema muy curioso en su contexto; pero hablemos específicamente de las groserías. Al desarrollarse casi totalmente en el Infierno, la serie exhibe un léxico agresivo y vulgar. Hay groserías e insinuaciones sexuales o de asesinato en todo momento. Pero destaquemos algo curioso: aunque sea sumamente ofensiva en su versión en inglés, se adapta de maneras tan adecuadas a sus idiomas objetivos: las conjugaciones que muestran en japonés con la inclusión de vocablos en inglés adaptados a la fonética nipona evidencian este descaro. Como ejemplo de la versión japonesa: los diálogos de Adán se subtitulan como “ペニス” [penis] mientras que en audio dice “陰茎” [inkei], que es la manera japonesa para hablar del pene. Similar: en francés de Francia hay más “Merde”, mientras la canadiense agrega el anglisismo “fuck” por la cercanía geográfica de EE.UU. Pero, sin duda, la versión latinoamericana tiene una sarta de groserías, quizá porque la autora tiene raíces latinas, y no hay mucho que podamos hacer para defender a nuestro pinche idioma tan jodidamente cabrón.
Creo que el gran triunfo que tiene esta serie —y siguiendo muchas de las obras que llegó a recomendar— es por salir de lo bonito y del lugar común, utilizando la animación como una manera de plantear una estética que descoloca al falso receptor infantil. Con esto se coloca junto a Invincible (2021), Rick and Morty (2013), Daria (2013) y otras tantas animaciones pensadas en usar el recurso visual para plantear una versión distante de lo simple.
Finalmente, y creo que con esto tengo que cerrar: si vieron Evangelion sin llorar sangre por todo el zafarrancho bíblico, la sangre-Fanta ni el beso de Shinji con Kaworu… e incluso buscaron este último en internet”… por favor: ¡vean Hazbin Hotel! Yo me volví fan de la serie en poco tiempo y no puedo dejar e reproducir la canción "Poison" en mi Spotify.
Ninguna imagen me pertenece, son parte de los promocionales de la serie y fragmentos de ella.
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