sábado, 19 de julio de 2014

De los cuervos de Odín al Yggdrasil: Castalia Bárbara

Mis viquingos lectores, el día de hoy les traigo uno de los mejores descubrimientos que tuve en la licenciatura. Gracias a mi profesora y madrina de generación, la maestra Mª. de JesúsVázquez Boruel, conocí a Rubén Darío y su libro Azul…, y yo, siempre interesado en vincular lo fantástico con la mitología —mitocrítica—, encontré al que sería mi autor predilecto del siglo xix —antes de toparme con Leopoldo Lugones—. Hablo de Ricardo Jaimes-Freyre, de quien —dicho sea de paso— hice mi primera ponencia. Este personaje nació en Bolivia en 1968, destacando en el ámbito poético, como muchos de sus contemporáneos. De sus cuatro antologías poéticas más recurrentes vengo a hablarles de la primera: Castalia bárbara de 1899.
Este libro consta de 13 composiciones enfocadas en un mismo tema encriptado en el título. “Castalia” un ninfa y el término “bárbara” que hace mención de las tribus nórdicas conocidas como “bárbaros”. Esto quiere decir que nos hablará de la belleza de los sajones y germanos, pero desde el punto de vista de la mitología, por ello la ninfa; podría justificarse el hecho de que intitule sus poemas como “Walhalla”, “Los cuervos”, “Los Elfos”, “Las Hadas” con referentes abiertamente nórdicos. Dichos los cuales tienen una carga directa por los movimientos de la época la cual buscaba recrear la literatura al tomar mitos de otros panteones que no fuera el griego. Hablamos de los movimientos simbolistas de inicios del xx donde Rubén Darío y Manuel González Prada sobresalen tanto. El “exotismo”, como lo llama Prada en 1911, es una mezcla de los estilos canónicos con elementos ajenos a la cultura cotidiana. En Castalia bárbara se puede ver esto claramente, pues sus rimas tienen a Odín, sus cuervos y todo el árbol de Yggdrasil en sus metros.
Un dato muy curioso que ocurre en este poemario es que “Æternun vale”. “Las Hadas” y “El canto del mal” hablan de la caída de los seguidores del viejo culto ante el cristianismo, todas en torno al árbol de Yggdrasil, con entes fantásticos rezando a sus propios dioses. Se puede contraponer la presencia de las deidades nórdicas contra referentes bíblicos y darnos cuenta que en realidad es un choque cultural muy fuerte entre ambos mundos. Pensemos que en este para este tiempo no existía tanto conocimiento de las leyendas nórdicas, razón que motivó a Borges a recopilar su Antiguas literaturas germánicas medievales y a Tolkien a recuperar la historia de Sigurd y Gudrún, aún más antigua y variada que El Anillo Nibelungo, o El cantar de los Nibelungos.
Este poemario lo encuentran en Internet, junto con otras obras del mismo autor. Dense un tiempo de buscar estas obras y comprobar lo que sus composiciones tienen que decirnos. Son breves como las kenningar, contundentes como la poesía modernista y llenas de exotismo como lo puede ser una obra hispanoamericana. Calablguen con las valquirias, caigan en el hechizo de las hadas y vean a través de los ojos de Munnin y Huginn. Mis viquingos lectores, les invito a conocer un poco más de la literatura hispanoamericana, especialmente en este tiempo cuando lo exótico estaba a decir de boca.



1 comentario:

  1. Muy ilustrativas tus publicaciones Ome, acabo de agregar varios proyectos de lectura a mi lista, muchas gracias n.n

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