Mis coleccionistas lectores. Estoy muy feliz
porque el día de mañana comienza la Feria Internacional del Libro de Guadalajara,
la segunda más importante en Hispanoamérica. Y claro que es una oportunidad
para bibliófilos y bibliotecarios ―como yo― para hacerse de una gran cantidad
de ejemplares de todas las esquinas del mundo. Este año el invitado de honor es
Argentina y todos los que tenemos alguna obsesión con Argentina nos emocionamos
de sobremodo.
¿Qué se puede esperar de un momento
donde el consumismo y la cultura del libro se juntan? Pues un exceso de compras
y sobregiros de tarjetas de crédito ―placeres culposos―. ¿Qué recomiendo leer
esta vez? Una decisión difícil. Pero si pueden darse el lujo de ir a
Guadalajara esta fil, les pido que
busquen El libro de la imaginación,
una interesante recopilación de fragmentos y minificciones hechas por Edmundo
Valadés. El tan famoso Jorge Luis Borges hizo lo mismo con su Antología de la literatura fantástica
por eso de los años 40 en Argentina. El libro
de la imaginación difiere del de Borges al acomodar sus cuentos por
temáticas. Mis favoritas para leer en voz alta son las de “Fantasmas”, les
encantaban a mis alumnos de secundaria.
Lauro Zavala es un gran estudioso
de la minificción. Todo lo que quieran saber, la unam lo maneja junto con otros tantos autores preocupados
por el tema. A todo esto ¿Minificción? Es toda obra narrativa que en menos de
dos páginas nos cuenta una historia, quizá con humor, pero siempre con una
sorpresa agradable de leer. Hasta en ocasiones son filosóficas o incompletas,
para que el lector comprenda el mensaje: “Y cuando despertó, el dinosauro
todavía estaba allí”. Ese es todo el cuento llamado “El dinosaurio” de Augusto
Monterroso, el gran escritor de brevedades. Recuerdo a mi amigo Dante Manuel
Macías Landa quien antes de que yo entrara a Letras Hispánicas me dijo que se
sabía todo un cuento de memoria. Estallé en sorpresa e ira cundo me dijo esto,
pero ahora ustedes pueden aplicarla a sus aledaños.
La selección de Valadés es muy
buena y recoge textos de todas partes del mundo. Pero momento. ¿Lo podemos
considerar hispanoamericano? Incluir al globo entero no quita que sea la
selección de un paisano. Son sus lecturas, y le funcionaron para nuestra tierra.
Desde la China, Medio Oriente y Francia, Estados Unidos y nuestros países tan
amados de Latinoamérica; Edmundo Valadés no deja nada al azar, porque son
textos que todos podemos comprender. Como comentaba: mis alumnos ―hasta los
menos versados en cultura― parecían encantados al momento en que les leía una o
tres minificciones.
Mis coleccionistas lectores. Este
libro es de Fondo de Cultura Económica y lo pueden encontrar con relativa
facilidad, además de tener un accesible precio. Si van a la fil, no desprecien este gasto y aprovechen
para leer algo breve, que en nuestros días es un tanto difícil continuar con
las novelas de largo aliento.
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