Mis fantásticos
lectores, esta semana llegó a mí un regalo de cumpleaños: uno de los autores
que manejo en mi trabajo de tesis, Tzvetan Todorov, autor de un libro llamado Introducción
a la literatura fantástica fue premiado hace una semana con la Presea
Cervantina. Este genial autor búlgaro me
sirve en su crítica para analizar a otro de mis autores, éste ya murió, y se
llama Julio Cortázar.
Quien
no conozca a este pilar de la literatura argentina necesita leer “Instrucciones
para abrir un libro de Cortázar”, sus antologías de cuentos son doce tomos, de
poemas tiene bastantes y entre sus novelas está la que mencionaremos hoy: Rayuela.
Escrita en París, pero publicada en España en 1963, la famosa novela del
argentino ya lleva más de cincuenta años cautivando a los lectores de todo el
mundo.
Lo
curioso de la novela es su forma lúdica, esa capacidad para jugar tanto con el
lenguaje, como con el lector. El uso del lenguaje que menciono lo traigo a
colación por el famoso capítulo 68, y no sirve tener un diccionario a un lado;
pues un ‘trimalciato’, ‘entreplumar’ o un ‘esterfurosa’ tiene poco significado, y lo que nos quiere
significar o lo que podemos encontrar de cada palabra, como ‘esterfurosa’ que
es la unión, según mi propia interpretación, de las palabras ‘furor’ y
‘estertor’. Y todas, en un conjunto, son un acto sensual.
Ahora
vamos con el acomodo de los capítulos. ¿Sabía usted que Rayuela no tiene un
orden en sí misma? Es una novela que tiene tres posibles lecturas. Rayuela es
el equivalente de lo que nosotros conocemos como “avioncito” o “bebeleche”: un
salto de casilla a casilla. Uno puede leer en el orden normal, de 1 a 56, que
igual se podría continuar hasta el capítulo 155 y sería una versión distinta.
La segunda lectura tiene un orden raro, empieza en el capítulo 73 y de ahí te
van diciendo a qué capítulo vayas después, como esos libros para niños en los
que podías tomar decisiones por los personajes; una tercer versión es leerlo
como uno quiera, versión menos atinada a mi gusto porque no hay un hilo
conductor, pero mucha gente lo ha hecho. Así que es un libro para jugar, pero
no desacredita para nada sus temas y tópicos.
La
historia, en sí, gira en dos mundos, Argentina y París, y es una suerte de
desventuras entre los personajes, donde el más enigmático es la Maga, una mujer
que pierde a su hijo de forma curiosa; y es una mujer desentendida socialmente,
pues su comportamiento bohemio es lo que tiene para que se enamoren de ella;
claro que, una historia como la que estamos relatando, es mucho más complicada
y cada quién puede darle un orden según sus intereses.
Me
despido de ustedes, mis fantásticos lectores y estén atentos el siguiente viernes
con “Hispanoamérica en voz de nadie”.
ëëë
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