Mis acambarenses lectores, recién me topé con
la obra de un antropólogo, el Dr. Carlos Vázquez Olvera y su obra: El ropero
de las señoritas Sámano Serrato. Una investigación histórica extenuante, en
la que nos cuentan la historia de Acámbaro —y de estas hermanas— a través de
las fotografías encontradas en su ropero. Es una idea tan simple en el origen que
uno podría menospreciarla; pero leyendo con cuidado la obra uno se da cuenta de
lo difícil que debió resultar esta empresa.
Incluye entrevistas a la familia de
los Sámano Serrato, coloca testimonios de la misma historia del pueblo y datos
históricos Y TÉORICOS sobre el manejo de obras anecdotales, lo cual demuestra
una documentación ardua en el tema. Y su premisa es bastante interesante: pues
a partir de las más de 60 fotografías se construye el relato.
Cuatro apartados son los que
contiene el libro: el contexto histórico, la descendencia del doctor Francisco
Sámano Román, la vida y haceres de sus 16 hijos y una reflexión académica en
torno a la fotografía como documento. En el primero de ellos nos cuenta acerca
de Acámbaro, ciudad localizada al sur del estado de Guanajuato que según las
malas lenguas dicen que el pan acambarense es de los más ricos. En el libro nos
relatan desde la formación de las escuelas, el acomodo político que tenían y la
impactante inundación de 1927. Su segundo apartado habla sobre la familia
Sámano Serrato y está lleno de anécdotas increíbles. Comentarios del Dr. Sámano
hechos ya hace bastante tiempo y que fueron conservados a través de entrevistas
a los descendientes y amigos. Incluso hace chistes el doctor y están
conservados en estas páginas.
El tercer capítulo, el de mayor
peso en el libro nos explica qué fue de las hermanas en vida y posteriormente.
La cooperación para equipar la iglesia, cómo ellas tenían las llaves del
recinto, y de cómo perdieron ese privilegio. Las jaulas llenas de pájaros en
los corredores, la limpieza de las casas —casi una postal costumbrista
decimonónica—, la llegada de los revolucionarios, y aquí me gustaría pensar en
"Río subterráneo" de Inés Arredondo, Se llevaron el cañón para Bachimba,
o las narraciones de Nelly Campobello.
La última parte del libro es más
cercano a la teoría. ¿De qué sirve tomar fotografías de un ropero? Con su
pluma, del Dr Carlos Vázquez Olvera nos da varias referencias bibliográficas
para comprender que la historia no siempre se saca de los libros, como lo dice
el subtítulo del libro La fotografía familiar como fuente de investigación
documental. Y sirve para aquellos que desean emprender la misma labor con
un referente impreso.
El
libro es breve en dimensiones, pero amplio en su mensaje. Nos lleva a
redescubrir Acámbaro. Es la fascinación por lo viejo, lo olvidado, todo aquello
que guardamos en los roperos de nuestra mente. El papel, el formato, el
carácter anecdotal, todo en conjunto nos abre una ventana al siglo pasado, con
rostros, mis acambarenses lectores, con miradas y con historias.
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