martes, 13 de mayo de 2014

En búsqueda de la felicidad: El Cielo

Mis perdidos lectores, recién terminé una ponencia sobre una escritora chilena llamada Nona Fernández. A diferencia de muchos de los escritores que he recomendado: ella está viva, y es una persona accesible y digna de ser leída. Lo sé, pues pude entrelazar correos electrónicos, y fue sorprendente la calidad humana que mostró: a diferencia de muchos otros escritores con los que he hablado. De hecho, para aquellos que tengan algún servicio de televisión de cable, ella es la guionista de una telenovela —chilena, obviamente— llamada ¿Dónde está Elisa?, que no sé ustedes, pero mi madre en Guadalajara no despegaba el ojo del televisor cuando la retransmitían aquí en México.
Ya sabiendo un poco de esta escritora, miremos su creación literaria. Su antología de cuentos El Cielo contiene siete narraciones breves en las cuales la temática es encontrar un cielo. Buscan un cielo que les pueda otorgar tranquilidad y calma, una estancia donde los personajes sean ellos mismos, pero se ve sobre todo en dos cuentos fantásticos, los dos últimos. Éstos titulan “Primero de noviembre” y “Maltés”. En ellos ocurren eventos donde la memoria está presente, pero es una memoria más allá del acto de recordar, es una memoria para recordar lo que ha sido olvidado por muchos.
“Primero de noviembre” es un cuento bastante claro en el asunto de la memoria, pues el personaje principal, Dante Sepúlveda nos cuenta —indirectamente— las atrocidades de los secuestros y desparecidos chilenos en el tiempo de la violación de los derechos humanos que se desarrolló por casi veinte años en este país. Lo más importante, y lo que arruinaría completamente el cuento sería decir el por qué nos viene a contar esto, sin embargo deben prestar atención a los referentes y lugares donde ese personaje se mueve para comprender mejor lo que se intenta decir.
El otro relato que pienso recomendarles es “Maltés”. Un cuento donde nos da una imagen de lo bajo que cayeron las artes en este tiempo, pues para sobrevivir, un artista debe vender hasta el azulejo de la casa. El problema que sufre es el traumático evento al que es sometido y por el cual siente no poder volver a escribir. De alguna manera su novia-acompañante es la única cuerda en la historia, porque el nombrado Maltés es un escritor que parece tener comportamientos aún más desquiciados, y todo esto por la situación económica que llevaba a las personas a la destrucción total en el régimen militar de Pinochet.
Muchos de los cuentos de Nona Fernández se mueven en este ámbito; no es su único tema, cosa que deberían investigar. Esta obra está situada en un marco chileno cosmopolita, es decir: con una visión universal. Les invito, mis perdidos lectores, a que recorran las calles de Santiago a través de las páginas de esta chilena dedicada a la escritura, y si tienen tiempo, darle una oportunidad a sus demás obras, como sus novelas y teleseries.


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