sábado, 15 de noviembre de 2014

12 de noviembre: Día Nacional del Libro

Mis bibliófilos lectores, espero que estén disfrutando de un poco de calor, ya que esta semana ha sido un horror invernal; y hablando de estos días, el miércoles fue el Día Nacional del Libro. Fecha dada en honor a Sor Juana Inés de la Cruz, una de las escritoras más reconocidas en Hispanoamérica y un modelo a seguir en poesía, teatro y ciencia; además de que sus recetarios.
El día de hoy quiero entrar en reflexiones sobre el 12 de noviembre. Este año dedicado a José Revueltas quien en unos días celebrará cien años de su nacimiento. Pero ¿cómo se coloca Revueltas entre los anteriormente honrados Emilio Carballido, Carlos Fuentes, Amparo Dávila? Primeramente, todos son autores nacionales que han dado un punto de quiebre a lo que se estaba escribiendo en esos tiempos. Sólo aquel que haya leído los poemas de Amparo Dávila podría comprender esa sensación tan íntima sin llegar a encajonarse en “lo femenino” como veníamos hablando la semana pasada. Carballido y sus obras de teatro tienen una potencia enorme y ese final que puede ir desde un Chéjov hasta Poe. Carlos Fuentes ni se diga, no por nada fue candidato ―nunca ganador― del Nobel, aunque afirme que "Cuando se lo dieron a García Márquez me lo dieron a mí, a mi generación […] ".
Pero desde 1979 ―año en que José López Portillo pidió la institucionalización de esta fecha―, no hay una nueva literatura mexicana por año. Eso dependerá del lector. Las teorías de la recepción aplicada medianamente al habitus lector nos dicen que cada uno tiene derecho a rellenar los espacios no-dichos de una obra de arte literaria como guste, y ahí cabrá decir si es buena o mala para cada uno. Es este dictamen lo que hace en cada año un nuevo autor. Y es que no siempre son los mismos dictaminadores. Así que recuerden que al hablar de estética no puede serse objetivo. Hay una interpretación distinta en cada cabeza. En un cuento de Borges, donde yo veo que los elementos fantásticos nos hablan de la imposibilidad de abarcarlo todo con el pensamiento, otros leen una teoría matemática de la permutación, por no decir una reestructuración del mito que antropólogos encuentren.

El Día Nacional del Libro, a diferencia del 23 de abril que es el Día Internacional, tiene algo importante que no podemos dejar de lado: Somos México y escribimos lo que somos. En estas fechas en que duele ver lo que el Gobierno hace o deja de hacer no está de más homenajear a aquel intelectual, que como dijo Chomsky en 1969 acerca de Vietnam: “Los intelectuales tienen la posibilidad de mostrar los engaños de los gobiernos, de analizar los actos en función de sus causas, de sus motivos y de las intenciones subyacentes”. Y me gustaría terminar, mis bibliófilos lectores, recordándoles que, pese a todo el subtexto político que podamos encontrar en obras literarias ―y cito a José Revueltas― “Todo acto de creación es un acto de amor”.

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