sábado, 11 de abril de 2015

Libros. Todo lo que hay que saber

Mis releídos lectores, estoy muy feliz porque después de más de un lustro he encontrado un libro que en México desapareció de las librerías. Fue un gusto encontrar este ejemplar en la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco “Juan José Arreola” en el 2008 cuando empecé a dar clases de literatura fantástica y ahora en la librería atrás del Consulado Argentino. Estamos hablando de Libros, todo lo que hay que saber, de Christiane Zschirnt.
Como profesor de literatura, me he enterado de amigos que entran al gremio de la educación y les da pavor la cantidad de libros que han de leer para dar una clase. Aunque nada es mejor que la experiencia propia ante el libro y sacas sus propias conclusiones y experiencias estéticas antes de buscar un resumen en Wikipedia o un resumen en diez páginas de Drácula como el caso de Editores Mexicanos Unidos, este ejemplar está más cerca a esos intelectualoides que buscaban temas de conversación en cafés y círculos de amigos burgueses. Claro que este libro no lo recomiendo por ello ―del todo―.
Lo que Christiane Zschirnt nos muestra desde su “Introducción” es su intento de guía para los que quieren orientarse en un océano de referencias literarias. Pues las bibliotecas están cada vez más llenas de libros, y uno no puede perderse con facilidad. Organizar el libro por temáticas y no por años es un gran acierto que tiene la autora, pues a pesar de que ciertos textos sean contemporáneos, en ocasiones responden a necesidades distintas, como describir el amor en un tiempo específico de la Europa decimonónica, y la crítica a la gobernación hispanoamericana en plena Guerra de Independencia, aunque ambos tiempos sean similares, no tienen el mismo mensaje. La metáfora que nos da Zschirnt es: “Este libro pretende proveer al lector de una brújula que necesitará para hacer sus propios descubrimientos, si es que se atreve a lanzarse al mar”.
Algo que recalca el prologuista Dietrich Schwanitz es la mezcla de tiempos que acabamos de mostrar, Shakespeare es importante, pero eso no significa que no podamos leer nada hasta descubrir los secretos de sus obras ―si es que algún día llegamos a encontrarlos―. Y veamos el índice del libro “Obras que describen el mundo”, “Amor”, “Política”, “Sexo”, “Economía”, “Mujeres”, “Civilización”, “Psique”, “Shakespeare”, “Modernos”, “Clásicos triviales”, “Libros de culto”, “Utopía: Cibermundo”, “Clásicos escolares” y “Niños”. El ejemplar se mueve en temas de lo más variado y hasta caótico, pero, como se dijo, son un buen inicio para todos aquellos recién iniciados en la vida literaria.
No cambiaría por nada la experiencia de leer Rojo y negro, Fausto, Drácula o Matilda, mis releídos lectores; pero si están leyendo mi columna y les agradan mis sugerencias, este libro es muy similar a mi labor aquí, sólo que publicado bajo una imprenta.


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