sábado, 25 de abril de 2015

Algo más que una isla: Los viajes de Gulliver

Mis viajantes lectores, el día de hoy me encuentro en las 31as Jornadas Profesionales de la 41 Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. He de admitir que no sé todo sobre la tradición literaria, es imposible. Pero entre lo que me encanta, es la literatura antigua, romántica si se puede, pero sobre todo, las de ficción fantástica. Entre muchas cosas, la semana pasada, me topé con una edición hermosa de Los viajes de Gulliver.
Jonathan Swift nació en 1667. En 1726, en Irlanda, salió a la luz este ejemplar tan atípico y famoso entre la literatura infantil y juvenil ahora. Todos hemos visto esas películas donde Gulliver conoce a los liliputienses, pequeños hombres y su interacción con ellos. Suena interesante, pero por desgracia, no es la única civilización que conoce. La ignorancia de muchas personas ante la totalidad de la obra es magnánimante ofensiva una vez que leer el libro íntegro: Liliput, primer capítulo es la sociedad de micropersonas que todos conocemos; pero la segunda parte es aún más curiosa: Brobdingnag, una sociedad de gigantes que tiene a Gulliver en una caja de transporte y que dista mucho de lo que era su vida en Liliput.
Gulliver regresa a su tierra natal. La dicotomía grande-chico le perturba increíblemente y es una persona que se confunde, teme pisar a sus amigos y eleva la mirada (y la voz) cuando desea hablar con alguien. No muy listo nuestro héroe, no se define ahí la situación. En la tercera vuelve a salir de viaje. Su familia y amigos se quedan en el olvido y conoce a Laputa, una ciudad flotante muy similar a un platillo volador donde la gente, sumamente intelectual, piensa siempre; así pues, requieren de sirvientes que les "mosqueen", es decir, les indiquen cuándo escuchar y cuándo hablar, pues sus reflexiones son tan profundas, que hay trabajo para los que no piensan tanto como él.
Decíamos que era un libro dicotómico, pues en seguida tenemos a una sociedad de bestias, los residentes de Houghnhnms, conocidos como Yahoos, son una especie de equinos pensantes antopomórficos regidos por el instinto animal; pero que le agradan tanto al protagonista al grado de considerarse un Yahoo así se conocen deforme.
Aunque los Yahoos origen de la palabra de alegría, y obviamente del nombre del sitio web, así como Wendy fue creado por el autor de Peter Pan son los salvajes, son la civilización preferida, así que leamos así esta obra, lo exterior como la estatura, y lo interno como el intelecto y la brutalidad son polos opuestos en la personalidad humana y el elegir la última nos hace pensar en la sociedad de ese siglo XVII.

Mis viajantes lectores, acérquense a esta época tan interesante, como Pinocchio del siglo XIX, y Gargantua y Pantaguel del XVI, tenemos un universo enorme a nuestro alcance. Espero disfrutaran el Dìa del Libro el pasado 23, y hasta siguientes escritos.


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