domingo, 25 de noviembre de 2018

Reseña de “Pregunta y respuesta” de R. G. Collingwood




Resultado de imagen para rg collingwood autobiografíaCuando pensamos en un intelectual, siempre nos imaginamos a un sujeto rodeado de libros con un conocimiento apreciativo respecto a las cosas y que puede reflexionar casi en torno a lo que sea. Sin embargo, en Autobiografía, de R. G. Collingwood, vemos los distante de esta imagen idílica, pues él nos cuenta que desde chico sí estuvo rodeado de libros, pero es más el cómo observa las cosas lo que le permite descubrir el mundo.
Nacido en Inglaterra en 1889 fue un historiador dedicado al pensamiento filosófico que buscaba explicar la historia como algo que no tiene sentido, si no se logra entender el presente adecuadamente.
En Autobiografía desarrolla varios temas, desde su infancia, hasta su posición en torno a la crítica y a la historia, pero justamente es el quinto capítulo, “Pregunta y respuesta”, donde muestra una enseñanza especial para cualquier estudioso.

Cuadro de texto: ”
Cada pregunta y cada respuesta en un complejo dado tenían que ser pertinentes o apropiadas, tenían que “pertenecer” por igual al todo y al lugar que ocupaban en el todo. Cada pregunta tenía que “suscitar”, tenía que haber aquello cuya ausencia afirmamos cuando nos negamos a responder a algunas preguntas sobre la basen de que no “se suscita”. Cada respuesta debe ser la respuesta “justa” a la pregunta que intenta responder” (Collingwood, 1974: 44)


La reflexión que nos obliga a hacer Collingwood es adecuada a su tiempo y golpea muchos de los trabajos de tesis que se están haciendo hoy en día. ¿Hacemos las preguntas correctas? Y desde este cariz, ¿tenemos una secuencia adecuada para preguntar? En el capítulo habla de un hipotético carro descompuesto y las posibles soluciones independientes que demos, como revisar una a una las bugías, son —en realidad— respuestas que conlleven al resultado final. ¿qué le ocurre a mi automóvil?
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¿Los estudiantes universitarios realmente se preguntarán cosas? Y en dado caso, ¿son pertinentes estas preguntas o sólo son vagos intentos por encontrar soluciones que no ayudarían al mismo conocimiento humano? Es evidente que cuando Collingwood escribe este libro tenía muchos problemas que buscaba resolver por medio de la escritura. Él mismo habla de lo difícil que fue empatar su vida con su filosofía personal, cosa que le deprimía bastante (1974: 148); pero como bien comenta al final, no tiene la intención de “[…] preguntar cuán completamente se ha engañado en realidad al país, o cuánto durará el presente estado de engaño”. (163). Escribe para darles luz a estos pensamientos y que vengan de nuevo a poblar su vida.
El filósofo debe hacer estudios históricos. Es bueno que un escritor piense y sienta esa experiencia para hacerla realista y sobre todo útil para sus lectores. Estas tesis las desarrolla más a fondo en Idea de la historia y Los principios del arte, sin embargo, su pensamiento se ha ido perdiendo, pues su última reimpresión data de más de veinte años.

Collingwood, R. (1974). Autobiografía. México: Fondo de Cultura Económica.

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