sábado, 7 de febrero de 2015

Ejemplares malditos: Víctor Villarreal Velasco

Mis libreros lectores, he hablado ya bastante de varios amigos lectores y literatos en esta páginas para por fin dedicarle una columna a un escritor saliente y con poco renombre por ahora en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, pero que sin duda tiene el potencial de muchas cosas.
Aunque su currículo de publicaciones tiene casi dos páginas ―repito― es injustamente poco conocido en el mundo literario. Y es justo este aspecto el que quiero notar, pues los verdaderos bibliófilos tienen el mismo gusto que Víctor Villarreal Velasco.
Aunque tiene lírica y poesía visual ―excelente a mi gusto― me enfrascaré en tres libros de su narrativa. El primero es Sefer Raziel HaMalach, la impresionante búsqueda por todo el mundo de un libro perdido y que está en idioma angélico. Los otros dos son Kitah Al-Azif. En busca del Necronomicón y el tercero es En busca del Libro de los Muertos. Se repite en los títulos y el carácter de la búsqueda, e incluso se siente cómodo con un particular modo de iniciar sus historias: una frase en latín. Una manera interesante de comenzar sus libros.
Debo advertir que si gustan de libros de aventuras historicistas como la saga de Dan Brown, este libro es excelente para ustedes; si no, será otro thriller de una cuesta ante un afamado objeto perdido. Quizá la serie de televisión de The Librarians esté vinculada a estas cacerías de tesoros, pero sin duda la predilección por tres libros, es impresionante.
El impacto de los libros mágicos e imposibles que muestra Víctor Villarreal Velasco ya es mucho, como Borges plantea la posibilidad de que varios ejemplares únicos existieran, y plantea en un mundo ficticio, la posibilidad de que Borges conociera el paradero del Necronomicón, no por nada escribió un cuento en honor a Lovecraft y su cuento “El libro de arena” tiene cierta relación con dicho objeto, desde ahí no puede evitar vincular con otros ejemplares y otros escritores que ―si conocen un poco de la historia y tradición de la literatura sobre bibliotecas― disfrutarán bastante.
El protagonista es por más arquetípico, pero incluso atípico en nuestra literatura mexicana: Un profesor de la UNAM, conocido como el Dr. Macías. Este personaje puede descifrar el idioma angélico gracias a la primera novela de la saga y esto le permite viajar a buscar dichos ejemplares teniendo contacto con rusos, estadounidenses, argentinos y demás personas.

La historia en ocasiones emula un diario y sabemos así cuánto tiempo lleva recorrido. A veces es poco y en otros momentos nos ayuda a saber cómo se mueve el tiempo dentro de la historia. Pues siempre termina escribiendo semejante anécdota para nada despreciable. A diferencia de otros textos donde los objetos mágicos son encontrados y olvidados, el Dr. Macías se sitúa cerca de Robert Langdon ―protagonista de El código Da Vinci― o Indiana Jones. Aquí que deberíamos quizá darnos una escapada a Guadalajara y leer a este escritor, buscar algo de él en internet y buscar ese no-sé-qué que Borges veía y nadie más.


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