sábado, 25 de julio de 2015

La comedia del teatro francés

Mis burgueses lectores, he abandonado la idea de convertirme en profesor del Sistema Penitenciario Federal, ya que, a pesar de tener todos los requisitos, hay una letra ―un símbolo― que hace que la burocracia caiga de lleno en mi persona y debido a ello no pueda seguir en el proceso de selección. Y ante tantas consecuencias de las clases sociales, aprovechando semejante trato y mis clases de literatura donde estamos viendo teatro francés, quiero aprovechar para hablar de un escritor que sigue sacando risas a diestra y siniestra. Para esta semana, tenemos como tarea leer a Jean Baptiste Poquelin, mejor conocido como: Molière.
Aunque nuestro autor tiene varios siglos muerto, sus obras siguen vivas. No hay necesidad de hacer toda una tradición que tiene, y es mejor dejarlo hablar por sí mismo. Ya sea viendo una obra o leyéndola, sigue casando humor. Y hablo de dos comedias que me fascinan: El burgués gentilhombre y El enfermo imaginario. Aunque Tartufo y El médico a palos son bastante interesantes, nada se pueden comparar con estas dos obras, o al menos en la humilde opinión de su servidor.
Es importante leerlo por una simple razón: si disfrutamos de un buen chiste, lo haremos con este humor francés. En El burgués gentilhombre nos enteramos de un nuevo rico, quien busca hacer de todo. ¿No les ha pasado hacer cuentas de lo que harían en caso de ganar la lotería? Pues todo eso ―y más― busca hacer nuestro protagonista. Un hombre tonto, pero que con dinero busca obtener todo lo que la vida le privó: estudios de música, arte, lenguas, derecho, filosofía. La moraleja no se separa más del dicho que “el que mucho abarca, poco aprieta”.
Pero de las que comentaba en inicio, El enfermo imaginario, trata de un hipocondriaco que todo lo quiere solucionar con medicamentos, mientras que su hija está enamorada de otro hombre, su padre desea que se case con el tonto del sobrino de su médico para así tener consultas gratis. Aunque la historia puede ser tan simplona como aquí la cuento, no olvidemos que es uno de los mejores comediantes de la historia: La sirvienta se le pone al tú por tú a su maestro para poder hacerlo entrar en razón, y se lleva las palmas.
Muchos personajes femeninos de Molière son verdaderas obras de arte. Y los doctores y burgueses son siempre los ridículos. Serviría entender la justificación de esto pues la madre del dramaturgo murió por un descuido por parte de los médicos.
Lean a Molière, mis burgueses lectores, y disfruten de una comedia humana y simplona. Si no, siempre pueden buscar en YouTube los videos que no dejan nada malo en la historia de la literatura.



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