miércoles, 12 de agosto de 2020

Audubon Park, New Orleans, 1987

Quizá no sepa leer ni escribir; pero tɔgbui me dijo —antes de que se lo llevaran— que años atrás las cosas eran mejores para la gente negra. Incluso, algunos estaban empezando una guerrilla para darnos derechos y no permanecer encerrados esperando a que el amegãxi llegara por nosotros. Me contó que había uno de ellos que buscaba nuestra libertad —nos apoyaba antes de su cambio— Lincoln; pero una noche, en medio de un espectáculo, sufrió un ataque. Fue una carnicería: sus tres acompañantes murieron; él sólo quedó herido. Pero las garras de esa bestia lo infectaron, la enfermedad recorrió su cuerpo y lo transformó en un monstruo: “werwulf”, le dicen. Entonces, ese hombre blanco que pedía igualdad entre nuestros pueblos, se volvió despiadado, cruel y hambriento de carne. Ahora, ellos gobiernan el mundo. Nos crían, nos enjaulan para usarnos de alimento más tarde; a nosotros, a nuestros padres y a los tɔgbui. Los espíritus me castigarán por desearle mal a alguien; pero: todo habría sido mejor, si esa bestia hubiera muerto aquella noche.


Audubon Park, New Orleans by Chad Carson


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